Todos tenemos prejuicios de algún tipo, pocas personas se salvan y creo que no conozco a ninguna. El mío, como siempre, tratar de juzgar un libro por su portada. Mira que mi racionalidad me dice que es una tontería y he leído libros horribles con portadas maravillosas y el caso inverso...¡pero nada! Yo creo que debe de ser un rollo inconsciente. El libro que os presento hoy en mi reseña no tiene una gran portada, no os voy a mentir, y de no tener un premio en su parte inferior posiblemente no lo hubiera tomado en serio. Sin embargo, me alegro muchísimo de haberlo leído porque he disfrutado con su lectura y hoy quiero compartir con vosotros el buen poso que me ha dejado este libro.
Llevaba tanto tiempo sin leer una novela ambientada en nuestro país, en una época actual y que no se cimentara en hechos ficticios que ni yo misma he dado crédito cuando comencé su lectura. A veces, nos empeñamos tanto en viajar a lugares tan lejanos, que cuando volvemos a nuestra cruda realidad esta misma nos sorprende, nos muestra cosas que en nuestro día a día no apreciamos porque vamos ciegos de velocidad. No queremos inmiscuirnos en la realidad o en los problemas de los que nos rodean, es más fácil vivir al margen si no nos ha tocado sufrir una desgracia, es siempre más fácil mirar hacia otro lado. Esta novela habla mucho de eso, de las cosas que quedan por decir y de las cosas que evitamos continuamente pero existen. Como la muerte, como esa charla pendiente con alguien, con ese dolor del pasado.
"Manual de Pérdidas", recibió el primer premio Pancho Guerra de Novela Breve y en su publicación colabora el ayuntamiento de San Bartolomé de Tijarana. La maquetación del libro es muy buena, su tipografía generosa como complemento a la narración la convierten en una novela de consumición ultra rápida. La sinopsis es clara y nos adelanta el argumento de la historia. Mi profesión, (por suerte o por desgracia) me ha condicionado a la hora de leer este libro. Una novela que sin pretenderlo enteramente, habla sobre el Alzheimer, ese asesino lento pero destructor de recuerdos vitales y que tantas emociones levanta en familiares y amigos de quien la sufre.
Género: Drama social, novela contemporánea.
Título original: Manual de Pérdidas.
Autor: Javier Sachez García.
Año: 2017.
ISBN:978-84-946761-7-8
Páginas: 243.
Sobre el autor
Javier Sachez García nació en septiembre de 1970 en Campillo de Llerena (Badajoz). Ha cursado las carreras de Derecho y Trabajo Social, y tiene el título de Especialista en Gestión Cultural por la Universidad de Extremadura. Ha desarrollado su carrera profesional en las áreas de cultura, educación y formación. Comenzó a escribir en el año 2003 y ha ganado varios premios literarios de ámbito nacional en las modalidades de relato, novela y poesía.
Ha colaborado en diversas publicaciones artísticas y literarias y, hasta el momento, ha publicado siete novelas y dos poemarios. En el año 2010 obtuvo una beca de creación literaria por parte de la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Extremadura. Actualmente reside en la ciudad de Mérida (Badajoz).
Sinopsis
En Manual de Pérdidas se cuenta el último acto bibliófilo de un profesor de Historia jubilado consciente de que va a perder cuanto ha leído por culpa del alzhéimer: un itinerario de gratitud por diversos lugares con destino en todos aquellos que en un momento de su vida le regalaron un libro. El propósito es devolver el objeto, lo que revierte su función primigenia: si con el regalo quien da logra que su recuerdo habite en quien lo recibe; con la devolución, el proceso se invierte: ahora el dador pasa a ser quien fue receptor y el recuerdo sigue el mismo trayecto.
Comenzaré por el estilo y la calidad de la prosa. He disfrutado muchísimo de la pluma de Javier Sachez, creo que es un verdadero artesano de la palabra con años de experiencia a sus espaldas...y se nota mucho. Me encantaron las descripciones de los diferentes emplazamientos de la novela, especialmente cómo se describe Avellaneda, el pueblo natal del protagonista, Abdón, pues parece nacer de las entrañas de un recuerdo increíblemente real. El autor tiene la cualidad de grabar a fuego en la mente frases claves o pasajes brillantes durante la lectura, como por ejemplo:
"Desde ese día, la muchacha masticó los acontecimientos de manera distinta. Un velo de pesadumbre nubló sus ojos y caminó por la vida como temiendo. El regreso a casa lo hizo con premura. Corría para no llorar".
El autor, carga de emotividad y profundidad cada frase de la historia infundiéndole sentimientos, vida. Identifica al lector con sus personajes, juega con sus emociones y finalmente lo conmueve.
Además, es una novela muy ligada a su tierra, Extremadura, ligada a lo rural, al campo, a la vida de los padres de nuestros padres, a la cruda vida de la posguerra y a los pueblos ahora desiertos de la geografía española.
"Al asomarse al patio de la pocilga, lo encontró despedazado junto a la pila de agua. La mujer perdió el conocimiento debido a la impresión cayendo al suelo. No pudo entrar a sacar a su hijo, pues el cercado era alto y ella ya estaba embarazada de Abdón, y tuvo que esperar a que regresase su marido por la tarde.
Desde ese día, se le aflojaron las muelas y aparecieron por todo su cuero cabelludo grandes calvas y algunos mechones de canas que conservó hasta el día de su muerte."
Los personajes son otro punto fuerte del libro. Durante la novela nos van mostrando un poco la evolución de la familia de Abdón y cómo van creciendo sus hijos hasta convertirse en las personas que cuidan de su padre desde el principio hasta el final de su enfermedad. Personalmente, me quedo con el personaje de Virginia. Además de porque me he sentido muy identificada con ella, creo que es un personaje con una mezcla de amor y rencor que abunda en demasía, que cala muy hondo y que ves a diario. Siempre vemos la parte de la hija amorosa, la hija ejemplar, pero no se muestran las fallas, las carencias a las que tuvo que enfrentarse tras la muerte de su madre. Eso, lo lleva dentro...
Se trata el tema de la comunicación de un modo muy real y elegante. Se habla precisamente de los temas que no tocamos, que nos parecen tabú y que ojalá pudiéramos olvidar pero que siguen formando parte de nuestra vida y nuestra historia vital. Nuestras cicatrices.
Muy ingenioso el viaje de Abdón con su hija, recorriendo la geografía española devolviendo esos preciados regalos, recordando de nuevo las experiencias de su vida, dando un último adiós a su realidad en compañía de uno de sus seres más queridos.
El final de la novela es inmejorable, se puede estar más o menos de acuerdo pero es una realidad que vivimos a diario y me ha parecido una dignificación humana.
Recomendaría fervientemente esta novela contemporánea. Se la recomendaría a todo tipo de público, especialmente a aquellos que en algún momento de su vida han vivido conflictos familiares, o a aquellos que de alguna manera quieren acercarse a este tipo de realidades: A la muerte, la enfermedad, el Alzheimer, la nostalgia...Podemos aprender mucho de este libro, es una realidad de nuestros días. Le ocurre a la señora mayor que cuida de su marido, o al anciano que esta sentado en la parada de autobús y ya no recuerda hacia donde se dirigía. Se trata de un drama cotidiano recreado a la perfección en el que experimentas los sentimientos de cada personaje muy intensamente, creando un vínculo que hace a la novela brillar con luz propia.
Te puede gustar mas o menos este tipo de narrativa, yo no suelo leerla normalmente, pero me alegro muchísimo de haberlo hecho. Trata sobre un tema que cada día se repite más en nuestros hogares y que protagoniza nuestra población en alza, los ancianos. Esos seres despreciados por unos, que a veces no respetamos, que desgraciadamente arrinconamos como artículos obsoletos pero que guardan en su interior experiencias y vivencias inmedibles. Este libro nos recuerda que una vez fueron como nosotros, y que en algún momento seremos como ellos y nos agotaremos como una pila gastada. Nos asustan y por ello, nos alejamos.
Valoración: 9/10
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