Vieja Vrunni
Luna en cuarto creciente, dentro de Anímedes.
Las tabernas seguían abiertas al viajero a aquellas horas de
la noche, las posadas ofrecían cama y comida caliente para aquel que viniera a
resguardarse del temporal. La tormenta era fuerte y los truenos resonaban como
si el cielo estuviera quebrándose.
Los rumores sobre la caza y captura de una extraña criatura
habían traído a la cuadrilla de Kormik destrozacráneos hasta Vieja Vrunni.
-Si no me equivoco los bosques que delimitan la ciudad son
su lugar de esparcimiento, puede encontrarse en cualquier lugar, hemos elegido
un mal día con esta tormenta- Un chico joven delgado que portaba una mochila
llena de mapas comenzó a trazar una línea organizando una ruta. Su cabello era
oscuro y su piel clara, manos pequeñas y
ojos verdes inquietos.
-Megg ¿podemos parar y continuar mañana? -Kormik le pregunto
a la chica pelirroja que les acompañaba envuelta en una túnica harapienta
echada a perder por el camino. Ella se quitó la capucha y levantando la cabeza
miró al cielo escarlata:
- Mañana no es el día- La chica volvió a resguardarse en la
capucha
-¿Lo será hoy? - dijo Ray, otro joven burlonamente que se
encontraba a la derecha de Kormik
-¡Calla estúpido!- le replicó el chico de los inquietos ojos
verdes
La cuadrilla prosiguió internándose en el bosque, la lluvia
no cesaba iban calados hasta los huesos. Megg sacó de sus saquillos una piedra
blanca, su textura era parecida al cuarzo la frotó repetidamente con su
pulgar mientras posaba una de sus manos
en la corteza de un gran árbol, pronunciando un canto entre susurros la piedra
comenzó a emitir una luz blanco azulada que permitía ver a los presentes en la
total oscuridad del bosque. No habían profundizado mucho aún pero los árboles
eran gruesos y altos, solo se escuchaba el sonido de sus pasos , el de la fauna
nocturna y la lluvia cayendo sobre hojas, ramas y hierba.
-Hay un arroyo a menos de cincuenta pasos- dijo Kormik
Crecido por la tormenta los aventureros aprovecharon para
beber algo de agua, sentarse y descansar.
-Vamos a enfermar Kormik, espero que nos pagues bien- dijo
Ray. Miraba el suelo posiblemente tratando de identificar alguna huella.
Sus pasos ya se hundían en la tierra mojada, no había rastro
de ninguna bestia y los presentes comenzaban a mirar a la chica pelirroja con
algo de recelo. Continuaron avanzando ya con una marcha pesada.
-¿A dónde vas Ray?- dijo el chico de a mochila cargada de
papeles y extraños volúmenes.
El chico se perdió en la oscuridad, pasado un buen rato se
escuchó su voz en la lejanía advirtiendo de la presencia de una gruta. El grupo
avanzó hasta visualizar la caverna donde se resguardarían a esperar.
-Aquí huele a sangre y a cadáver- dijo Kormik ya entrando en
la gruta.
Estrecha pero de alto techo la caverna estaba llena de extraños
excrementos y restos de huesos con algo de carne aún adherida.
Un sollozo se escuchaba en las profundidades. La cuadrilla
se dirigió a identificar de donde provenía.
Llegados a cierto punto la caverna se ensanchaba para dar
varios túneles en tres direcciones, siguiendo a la criatura sollozante se
decantaron por el central donde había varias antorchas.
-¡Es una mujer! ¡Está desnuda!- Ray se apresuró a curiosear
sin ser visto. Apoyado sus manos en una gran piedra se escondió mientras
contemplaba la escena. Era una mujer de generosos senos , figura esbelta y
cabellos rubios rizados que caían por su espalda. Se encontraba completamente
desnuda y lloraba desconsoladamente deambulando por la gruta.
Ray movido por las hormonas y una extraña y repentina necesidad
de ayudar al prójimo se apresuró a ayudar a tan desamparada mujer antes de que Megg pudiera abrir la boca.
-¡¿Es que no piensa en otra cosa?!
-Es una pobre mujer probablemente perdida y
desorientada...tal vez secuestrada- dijo Kormik mientras se atusaba la barba
mirando las generosas formas de la señora.
-¿Completamente desnuda en una cueva con olor a cadáver y
sangre?- dijo Megg mirando a Kormik con la ceja levantada.
El resto de la cuadrilla se mantuvo a la espera del
encuentro entre Ray y la mujer.
-¿Te has perdido? ¿Sabes quién vive aquí?- El chico se
acercó pausadamente tratando de no asustarla. La mujer le devolvió la mirada,
sus ojos estaban llenos de lágrimas. Su cara reflejaba un verdadero terror,
estaba confusa y sus manos le temblaban.
Consciente ya de la situación Ray miró al resto y les indicó que se
acercasen:
-Quien sea que vive aquí ha debido molestar a esta pobre
mujer- dijo Ray mirando al resto del equipo.
En este preciso
instante, cuando Ray giró la nunca la sollozante mujer que se encontraba a sus
espaldas convirtió sus miembros superiores en negros tentáculos que
aprisionaron al chico. Las finas y hermosas facciones de la mujer se
convirtieron en unos enormes colmillos y una lengua viperina. Antes de que sus
compañeros pudieran auxiliarle aquella víbora le había clavado sus mortíferos
colmillos y continuaba asfixiando al pobre muchacho.
Kormik corrió hacia la bestia, desenfundó su espada y cortó
los tentáculos que tenían preso a Ray. Una carcajada de aquella monstruosidad
resonaba en los oídos de los presentes, todo daba vueltas y les era imposible
coordinar sus movimientos. Un horrible dolor penetró en sus oídos. Desfallecían
y perdían las fuerzas. Ray se encontraba tendido en el suelo con dificultad
para respirar.
Sacando fuerzas de
flaqueza Kormik avanzó hasta donde se encontraba la bestia y evitando uno de
sus tentáculos le propino una estocada en su ahora abdomen escamoso, después
cayó al suelo desorientado. Ya la bestia debilitada se iba a abalanzar contra
su último atacante cuando Megg clavó su daga en la espalda del ser. Al penetrar
causó un enorme resplandor, una luz que salía de la boca de la bestia y que la
cegó. Ya completamente invidente no dejaba de atacar enemigos inexistentes,
Kormik sin dificultad ninguna cercenó su cabeza en cuanto se puso en pie.
Se apresuraron a ver el estado de su compañero:
-¿Estás bien Ray?- dijo el chico de cabello negro.
El joven respiraba entrecortadamente , temblaba y sudaba al mismo tiempo.
-Creo... que... estoy... envenenado- Megg se apresuró a mirarle el cuello y allí estaban aquellos
dos colmillos clavados, la piel alrededor de los orificios había comenzado a
podrirse.
Un ruido proveniente de los pasillos los alertó. Era un
ruido sibilante, como el de una serpiente al reptar.
-Es enorme- dijo Kormik susurrando- Debemos movernos de aquí
Se colocaron detrás de unas rocas, entre todos arrastraron
rápido a su amigo que se deterioraba por momentos.
Sus ojos no podían dar crédito a lo que veían, de las
entrañas de la gruta un ser enorme y repugnante había acudido probablemente a
la señal de auxilio de uno de sus
esbirros. Estaba cubierto de tentáculos negros y se movilizaba gracias a ellos.
En el centro había una enorme boca solo llena de dientes afilados distribuidos
circularmente en varias filas. Cuando llegó ante el ser caído, alargó uno de
sus tentáculos y multiplicando el tamaño de su boca desmesuradamente engulló a
la criatura muerta, la devoró en segundos dejando solo en el suelo los huesos y
algunas trazas de músculo.
La cuadrilla se mantenía en silencio esforzándose por no ser
percibidos cuando un grito de Ray que estaba comenzando a delirar alertó de su
posición.
Movilizando sus tentáculos se aproximaba al grupo, una nube
de gas espesa que provenía del monstruo contaminó la habitación.
-¡No respiréis!- Dijo Kormik
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