Merodeaba yo por Waterstone cuando llamó mi atención una elaborada portada dorada, una ilustración de claras influencias japonesas que automáticamente hizo que tomara el volumen que en estos momentos me dispongo a exponer. Los trazos me eran extrañamente familiares y una vez comencé a navegar entre sus páginas la atracción se hacia cada vez más intensa....
En este volumen de "The Dream Hunters" se reunen dos genios cada uno en sus correspondientes disciplinas. Las ilustraciones, geniales obras de arte, salen de fértil imaginación del dibujante japonés Yoshitaka Amano. Cuando busqué su nombre en Google enseguida entendí el por qué de esa irremediable atracción hacia sus dibujos. Este japonés es conocido principalmente por sus ilustraciones de la popular saga Final Fantasy de la que me considero una fanática desde mi más tierna adolescencia. El otro artífice de este maravilloso volumen es Neil Gaiman, un escritor inglés conocido por las novelas gráficas de The Sandman.
Esta historia que os recomiendo encarecidamente no forma parte de The Sandman. Se trata de una side story que mezcla el talento de ambos artistas para ofrecer una versión muy peculiar de una conocida leyenda japonesa. La leyenda de los kitsune o espíritus zorro. Con unas exquisitas ilustraciones y unas descripciones brillantes esta obra consigue ubicarnos en el marco adecuado para sumergirnos en la fabula en cuestión.
Además del elemento exótico y artístico que sobresale en esta entrega, como viene siendo normal en The Sandman, el mundo onírico y real se funden para ofrecer una historia que habla de los sueños, de las pesadillas, de la vida, del amor y de la muerte.
Tuve la oportunidad de leer la novela gráfica en versión original, no es nada complicada de leer para alguien con un nivel medio y la califico con un sobresaliente. Es un cuento, un bonito cuento, una expresión de arte en sí misma que no requeriría carta de presentación. A mi modo de ver es como comprar un rico postre exótico gourmet, con solo probar uno te deja en el punto correcto para adorarlo. Así describiría The Dream Hunters.
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